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Sr.
Alejandro Ocampo Almazán,
Director de Razón y Palabra
Estimado señor
Director:
Son muchos los inconvenientes que ya he causado
a Usted y al profesor Carrasco con la publicación
del artículo que apareció en el
número 51 de su revista con el nombre
de "Heidegger y la ética imposible",
firmado por mí y cuya autoría,
en realidad, pertenece al profesor Eduardo Carrasco
Piraud de la Universidad de Chile, con quien
ya me he excusado por el involuntario agravio
que cometí en contra de su persona.
El profundo
respeto que él me merece, así como
el reconocimiento de mi propia falta, me obligan
a pedirle a Usted que me permita explicar lo
sucedido y que esta carta sea publicada en el
número 51 de su revista justo donde apareció
el artículo citado, para que todos quienes
vean las referencias a ese artículo puedan,
en todo caso, saber del problema que se suscitó
y puedan darle la autoría a quien le pertenece:
al profesor Carrasco.
El daño,
y no me cansaré de repetirlo, fue involuntario,
debido más a un descuido en el manejo
de archivos y de fuentes, que de un plagio. Esto
se ve por la literal copia que hice del artículo
y que no intenté embozar porque creí
que era de mi autoría. Esto lo explicaré
más adelante. Permítame seguir
con esto.
Sé que
todo este asunto ha lastimado en grado sumo al
profesor Carrasco y que nunca podré resarcir
del todo este involuntario daño, esta
falta mía, que mucho me avergüenza
y que espero que el Profesor Carrasco pueda en
algún momento disculpar; pero por lo pronto,
es necesario, indispensable, no sólo ya
por el profesor Carrasco sino por todos aquellos
que hayan podido ser confundidos por este equívoco
intentar aclarar este problema. Me lo exige mi
propia moral, mi propia vocación filosófica,
me lo urge mi decoro profesional, esa misma ética
a la que el profesor Carrasco se ha referido;
me lo demanda mi propio respeto.
Sé, ahora,
que originariamente, según ha relatado
el señor Carrasco, el artículo
apareció titulado como "Heidegger
y la ética" en la Revista de Filosofía
de la Universidad de Chile, VOL. XLVII-XLVII
correspondiente al año 1996. Esta misma
obra fue publicada con la autorización
del autor en la revista electrónica argentina
"Heidegger en español" que se
puede encontrar en <http://www.heideggeriana.com.ar>.
Justo fue de
ahí desde donde yo empecé a generar
el problema que ahora he causado, con enorme
pesar, al autor y a muchas otras personas. Le
explico a Usted, como lo hice con el señor
Carrasco en su oportunidad, y explico a los lectores
de su revista, víctimas indirectas de
este pseudoplagio. Tengo por costumbre entrar
a la página de “Heidegger en español”
para leer artículos sobre este filósofo
que no se encuentran a la mano en revistas o
libros de fácil acceso e ir acumulando
los mismos para su lectura en ese momento o en
momentos posteriores en un archivo que se llama
así, Heidegger. Con el artículo
del señor Carrasco me sucedió que
leí los primeros párrafos y me
pareció, en efecto, muy interesante. Acto
seguido, lo copié y al pegarlo en una
página de Word lo hice (ahora que he revisado
mis archivos me di cuenta) sin el título
y sin el nombre del autor.
Tiempo después,
a raíz de una discusión sobre si
había o no una ética en Heidegger,
fui a mis archivos y leí el artículo
sobre la ética (que no tenía autor
ni título). Me pareció adecuado
pero largo para que fuera publicado en la revista
que aparece por Internet. Así que quité
párrafos (desde ahí puede verse
que no hubo mala fe sino a lo sumo torpeza),
dí algunas entradas, le puse un epígrafe
y se lo envíe para que me hiciera favor
de publicarlo.
Este desafortunado
asunto tiene que ver con tratamientos del tema,
con fuentes comunes, con ciertos giros semánticos,
con preocupaciones cercanas a las del profesor
Carrasco y con lo extenso del material que he
producido y que guardo para articularlo en nuevos
proyectos que son revisados a raíz de
nuevas publicaciones. Mi trabajo sobre Heidegger
no se reduce a un artículo ni es un ocurrencia
del momento, he trabajado sobre su pensamiento
durante más de treinta años en
los que he producido cerca de 40 artículos
y he escrito dos libros que intentan abarcar
la obra completa del pensador alemán.
Por lo anterior
le pido que publique tal cual esta carta en la
que ofrezco mis más sentidas disculpas
y le solicito que ponga un link a la página
de “Heidegger en español”
para que todos puedan leer el artículo
de la autoría del profesor Carrasco.
A Usted señor
Director, a todos los que involuntariamente se
han visto involucrados, a sus lectores, pero
fundamentalmente al profesor Carrasco, les pido
encarecidamente que me disculpen por este lamentable
error, fruto de un descuido y desatención
pero nunca de mala fe. Me despido de Usted.
Atentamente
Alberto Constante
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