The Wayback Machine - https://web.archive.org/web/20111224090851/http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n51/aconstante.html
Razón y Palabra Bienvenidos a Razón y Palabra.
Primera Revista Electrónica especializada en Comunicación
Sobre la Revista Contribuciones Directorio Buzón Motor de búsqueda


Junio - Julio
2006

 

Número actual
 
Números anteriores
 
Editorial
 
Sitios de Interés
 
Novedades Editoriales
 
Ediciones especiales



Proyecto Internet


Carr. Lago de Guadalupe Km. 3.5,
Atizapán de Zaragoza
Estado de México.

Tels. (52)(55) 58645613
Fax. (52)(55) 58645613

Sobre el texto: Heidegger y la Ética Imposible
 

Sr. Alejandro Ocampo Almazán,
Director de Razón y Palabra

Estimado señor Director:
Son muchos los inconvenientes que ya he causado a Usted y al profesor Carrasco con la publicación del artículo que apareció en el número 51 de su revista con el nombre de "Heidegger y la ética imposible", firmado por mí y cuya autoría, en realidad, pertenece al profesor Eduardo Carrasco Piraud de la Universidad de Chile, con quien ya me he excusado por el involuntario agravio que cometí en contra de su persona.

El profundo respeto que él me merece, así como el reconocimiento de mi propia falta, me obligan a pedirle a Usted que me permita explicar lo sucedido y que esta carta sea publicada en el número 51 de su revista justo donde apareció el artículo citado, para que todos quienes vean las referencias a ese artículo puedan, en todo caso, saber del problema que se suscitó y puedan darle la autoría a quien le pertenece: al profesor Carrasco.

El daño, y no me cansaré de repetirlo, fue involuntario, debido más a un descuido en el manejo de archivos y de fuentes, que de un plagio. Esto se ve por la literal copia que hice del artículo y que no intenté embozar porque creí que era de mi autoría. Esto lo explicaré más adelante. Permítame seguir con esto.

Sé que todo este asunto ha lastimado en grado sumo al profesor Carrasco y que nunca podré resarcir del todo este involuntario daño, esta falta mía, que mucho me avergüenza y que espero que el Profesor Carrasco pueda en algún momento disculpar; pero por lo pronto, es necesario, indispensable, no sólo ya por el profesor Carrasco sino por todos aquellos que hayan podido ser confundidos por este equívoco intentar aclarar este problema. Me lo exige mi propia moral, mi propia vocación filosófica, me lo urge mi decoro profesional, esa misma ética a la que el profesor Carrasco se ha referido; me lo demanda mi propio respeto.

Sé, ahora, que originariamente, según ha relatado el señor Carrasco, el artículo apareció titulado como "Heidegger y la ética" en la Revista de Filosofía de la Universidad de Chile, VOL. XLVII-XLVII correspondiente al año 1996. Esta misma obra fue publicada con la autorización del autor en la revista electrónica argentina "Heidegger en español" que se puede encontrar en <http://www.heideggeriana.com.ar>.

Justo fue de ahí desde donde yo empecé a generar el problema que ahora he causado, con enorme pesar, al autor y a muchas otras personas. Le explico a Usted, como lo hice con el señor Carrasco en su oportunidad, y explico a los lectores de su revista, víctimas indirectas de este pseudoplagio. Tengo por costumbre entrar a la página de “Heidegger en español” para leer artículos sobre este filósofo que no se encuentran a la mano en revistas o libros de fácil acceso e ir acumulando los mismos para su lectura en ese momento o en momentos posteriores en un archivo que se llama así, Heidegger. Con el artículo del señor Carrasco me sucedió que leí los primeros párrafos y me pareció, en efecto, muy interesante. Acto seguido, lo copié y al pegarlo en una página de Word lo hice (ahora que he revisado mis archivos me di cuenta) sin el título y sin el nombre del autor.

Tiempo después, a raíz de una discusión sobre si había o no una ética en Heidegger, fui a mis archivos y leí el artículo sobre la ética (que no tenía autor ni título). Me pareció adecuado pero largo para que fuera publicado en la revista que aparece por Internet. Así que quité párrafos (desde ahí puede verse que no hubo mala fe sino a lo sumo torpeza), dí algunas entradas, le puse un epígrafe y se lo envíe para que me hiciera favor de publicarlo.

Este desafortunado asunto tiene que ver con tratamientos del tema, con fuentes comunes, con ciertos giros semánticos, con preocupaciones cercanas a las del profesor Carrasco y con lo extenso del material que he producido y que guardo para articularlo en nuevos proyectos que son revisados a raíz de nuevas publicaciones. Mi trabajo sobre Heidegger no se reduce a un artículo ni es un ocurrencia del momento, he trabajado sobre su pensamiento durante más de treinta años en los que he producido cerca de 40 artículos y he escrito dos libros que intentan abarcar la obra completa del pensador alemán.

Por lo anterior le pido que publique tal cual esta carta en la que ofrezco mis más sentidas disculpas y le solicito que ponga un link a la página de “Heidegger en español” para que todos puedan leer el artículo de la autoría del profesor Carrasco.

A Usted señor Director, a todos los que involuntariamente se han visto involucrados, a sus lectores, pero fundamentalmente al profesor Carrasco, les pido encarecidamente que me disculpen por este lamentable error, fruto de un descuido y desatención pero nunca de mala fe. Me despido de Usted.

Atentamente

Alberto Constante